¿Orden sin Fronteras?
Poder y gobernanza en el contexto de un mundo globalizado
James J Biles, INDAGAR
Figura 1. Las fronteras de la Unión Europea
Un mundo sin fronteras?
El supuesto declive del estado-nación y el debilitamiento de las fronteras geograficas a partir de las últimas décadas del Siglo XX están relacionados con el libre movimiento de bienes, personas, información y capital. Se debe este nuevo orden mundial sin fronteras a la innovación tecnológica y la despolitización de las políticas públicas. Nos queda, sin embargo, la tarea de conceptualizar cómo se ejerce el poder en el contexto de este nuevo entorno globalizado y los posibles efectos sociales.
Figura 2. Distribución geográfica de grupos étnicos en África
El papel de las fronteras
Las fronteras son un artefacto del estado-nación moderno; simbolizan poder, autoridad y control territorial. La estabilidad geopolítica depende de la capacidad de imponer y mantener fronteras.
La demarcación de fronteras y mapeo de territorio hacen que el espacio sea legible y facilitan el control centralizado. Sin embargo, las fronteras no necesariamente reflejan o respetan los límites "naturales" ni el sentido común. Sin embargo, determinan quiénes pertenecen y quiénes no.
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El debilitamiento del estado-nación y este desajuste geográfico hacen cada vez más difícil mantener las fronteras políticas. Como consecuencia, los gobiernos han intentado fortalecer y militarizar las fronteras "vulnerables".
Figura 3. La frontera entre México y los EUA
¿Cómo conceptualizar el declive de las fronteras?
Los conceptos de globalización y gobernanza de redes pueden servir para dar sentido a las posibles implicaciones del papel decreciente del estado-nación y la decadencia de las fronteras.
Para algunos, como el sociólogo Bauman, la globalización representa la ausencia de un significado fijo y un control centralizado, una reestructuración del poder que refuerza los patrones existentes de dominación. Las consecuencias humanas incluyen incertidumbre, inseguridad y cambio perpétuo.
Desde una perspectiva de gobernanza de redes destacan la devolución del poder centralizado a instituciones más equitativas, inclusivas y no jerárquicas, que empoderan a nuevos actores al mismo tiempo que despolitizan las luchas por la justicia social.
Figura 4. El poder por medio de las redes se vuelve cada vez más difuso
Poder más allá de las fronteras
En las redes, el poder se vuelve más difuso. En el contexto de la globalización, es sublime y tenue. En ambos casos, el poder se arraiga en las relaciones, más que en el territorio.
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El hecho de que el poder ya no yace en el territorio no representa ni el fin de la geografía ni la muerte del estado-nación porque las relaciones de red y los procesos de globalización son contingentes en términos espaciales y sus efectos varían de un lugar a otro.
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En combinación con la innovación tecnológica, el discurso de la globalización y las redes justifican un conjunto de políticas neoliberales, que transfieren el poder del estado a las corporaciones multinacionales y las organizaciones multilaterales.
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Figura 5. Las redes de los movimientos sociales en los EUA
Sin embargo, en respuesta al creciente poder de las multinacionales y multilaterales, la sociedad civil ha recurrido a las nuevas tecnologías y a los ideales de la globalización y la gobernanza de redes para resistir al neoliberalismo.
Figura 6. De Latinoamérica a América "Latin@"
El futuro de las fronteras
Dada la globalización y la gobernanza de redes, la disminución de la capacidad de los estados para controlar sus límites geopolíticos, y la aparición de nuevos actores, ¿cómo serán las fronteras en el futuro?
En un mundo de poblaciones diversas y movedizas con identidades cambiables y maleables, las fronteras ya no son "espacios" fijos de control territorial y lealtades nacionales. La red integrada de enclaves chinos en el extranjero es un ejemplo.
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Después de décadas de migración y creciente transnacionalismo, América Latina no se puede definir de manera simplista como una región formal distinta que se extiende desde el Río Grande hasta Tierra del Fuego.
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De hecho, Latinoamérica ahora debe conceptualizarse como América "Latin@", un paisaje funcionalmente integrado de comunidades, de todas las formas y tamaños, a lo largo y ancho de los Estados Unidos.
Figura 7. El "choque" de civilizaciones
También se debe reconsiderar la geografía del conflicto. La noción de que los límites de regiones culturales claramente demarcadas se convertirían en puntos críticos para las conflagraciones bélicas durante el siglo XXI sigue siendo bastante provocativa. La realidad, sin embargo, es más compleja.
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Si bien las diferencias culturales a menudo generan conflictos, la globalización y las redes hacen posible ataques improvisados y escaramuzas a pequeña escala que parpadean como luciérnagas de un lugar a otro durante una calurosa noche de verano.
Figura 8. La nueva geografía del conflicto
La sociedad civil también ha redefinido el significado del espacio y los límites geográficos, ya que los movimientos sociales resisten localmente y proyectan la resistencia globalmente como un símbolo para otros grupos oprimidos. Occupy Wall Street es un ejemplo reciente.
Figura 9. El espacio del movimiento Occupy Wall Street
Globalización, gobernanza y polarización
La ideología de la globalización y las redes es parte de un hegemónico proyecto neoliberal que busca promover la gobernanza despolitizada basada en el mercado, dando lugar a un omnipresente panóptico de de vigilancia "high-tech" y control constante.
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En las redes, la ubicación privilegiada y la conectividad son formas de poder. Y la globalización a menudo fomenta la polarización. El orden sin fronteras no remediará las desigualdades existentes e inevitablemente surgirán nuevas disparidades inesperadas.